El origen romano del roscón de reyes

Uno de los últimos atractivos de navidad antes de su conclusión, que comparte protagonismo con la "Noche de Reyes" es el típico dulce conocido como Roscón de Reyes.  Aunque en la actualidad nos ha llegado su versión Francesa del siglo XVII, posiblemente las raíces de este dulce navideño, se hundan en la antigua Roma.

Durante la festividad de las Saturnales, entre otros elementos que dieron origen a nuestra navidad, se elaboraba una especie de panecillo o torta endulzada con miel, puesto que el azúcar proviene de
Versión moderna del primitivo roscón romano 
América, y que se adornaba con higos o dátiles. En el interior de este dulce se le escondía un haba. Si esta era hallada por uno de los esclavos, el amo le concedía un día de permiso.

Con el auge del Cristianismo, la costumbre de este primitivo roscón fue decayendo en Roma, a pesar de ello,  la tradición sobrevivó "irreductible"  en Francia, hasta que bajo el reinado del Rey Luis XV se volvió a poner de moda entre las monarquías europeas. El dulce ya tenía forma de roscón y en la estética se asemejaba a los que podemos consumir hoy.

También se produjo otro importante cambio, en el que el haba pasaba a ser algo negativo y la moneda, en un principio, y posteriormente la figura de cerámica, era sinónimo de poderío.

Felipe V introdujo este dulce en España, popularizándose entre todas las clases de la sociedad y llegando hasta hoy como uno de los dulces estrella de la Navidad.  Aunque en el Reino de Navarra, hay constancia en el siglo XII de la elaboración de un dulce similar y dónde el haba también goza de protagonismo.

Hoy los dátiles o los higos han dado paso a la fruta confitada y el haba, que en un origen tenía una connotación positiva, ha pasado a tener una negativa y aunque en las versiones más modernas lo rellenamos de crema, nata o trufa, el Roscón de Reyes todavía guarda esa esencia que como otras muchas cosas de hoy, provienen de nuestros ancestros romanos.

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