Vestimenta Romana III: Lacerna, Paenula y Synthesis


Romano con Lacerna y capucha (izquierda)
Lacerna: En los últimos siglos antes de Cristo empezó a utilizarse esta prenda.  Al principio fue utilizado por los soldados y clases inferiores, pero debido a su comodidad pronto fue adoptado por las clases altas. Estas clases lo utilizaban como manto protector del polvo o de la lluvia colocado sobre la toga. Era de lana, corto, ligero, abierto por un lado, sin mangas y fijado al hombro mediante una fíbula o broche. Era tan cómodo que con los años no tardo en empezar a eclipsar a la toga, hasta el punto que Augusto tuvo que pronunciar un edicto en el que prohibía su uso en asambleas públicas.
Estaba hecha en distintos colores, obscura, para las clases bajas, blanca para las ocasiones formales y de vivos colores para los pudientes. A veces contaba con una capucha (cucullus). El manto militar llamado sagun era muy similar a este, pero fabricado con lana más pesada.
Reconstrucción de una Paenula


Paenula: Más antigua que la Lacerna y usada por hombre de todos los tipos y clases, era la paenula un manto burdo, de lana pesada, piel o cuero, utilizada para protegerse del frío y la lluvia, y por ello nunca se utilizo en puesto de la toga o con ricos materiales. Era una prenda sin mangas, hecha principalmente de una pieza, con un agujero en el centro por el cual el portador introducía la cabeza. Se ponía sobre la cabeza, como una túnica y cubría los brazos, permitiendo una movilidad reducida. La paenula  se llevaba sobre la túnica o sobre la toga y era una prenda indispensable en los largos viajes y utilizada por los legionarios en las regiones con climas muy fríos. Al igual que la lacrema también podía llevar una capucha.


Synthesis: Consistía en una especie de toga pequeña que se empleaba para no ensuciarse la túnica cuando se comía. Se empleaba para lavarse los dedos plato tras plato o para secarse el sudor durante el banquete.
Los invitados cuando llegaban a la casa del anfitrión, se descalzaban, se despojaban de la toga, recibían un baño en los pies y se colocaban la prenda. Era costumbre que el anfitrión regalase la synthesis como recuerdo del banquete.  Según algunos textos clásicos nos hacen suponer que se cambiaban de prenda entre plato y plato:
“Once veces te levantas en la misma comida y otras tantas mudas tu ropa de banquete (synthesis); temes que el sudor le impregne los vestidos y que al pegarse a tu cuerpo una leve corriente de aire dañe los abiertos poros de tu piel. ¿Cómo es entonces que, cuando ceno contigo, Zolio, no sudo?, pues porque sólo tengo una muda y hago por sentir mucho fresco”
Marcial, Epigramas, V, 79
Fresco de un banquete romano subido de tono
Solo se utilizaba fuera de casa en la festividad en honor a Saturno; las Saturnales.

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