Poco se sabe de esta celebración en la ciudad de Roma,
celebrada en el templo de Fors Fortuna. Según Ovidio consistía en una procesión
a pie o en barca hacia el templo. Allí se celebrarían ritos en honor a la
Diosa.
Fresco romano con la representación de una barcaza |
Había dos templos dedicados a Fortuna. Estaban a la orilla
del Tíber en la Vía Portuense, que conducía al puerto marítimo de Portus
Según parece, por lo que podemos deducir de Ovidio, en esta romería,
el vino era realmente abundante al igual que el ambiente festivo. Durante este
día los esclavos solían recibir algún regalo o detalle de sus amos. Como
podemos adivinar en esta cita de Ovidio, esta festividad era de carácter
popular en la que participan tanto plebeyos como esclavos:
“La plebe honra a su divinidad porque quien le erigió su
templo era -según se dice- de origen
plebeyo, y desde tan humilde origen se elevó hasta ocupar el trono. También su
culto es apropiado para los esclavos, porque Tulio, que fue el fundador de dos
templos vecinos en honor del inconstante diosa, era hijo de una esclava”
La poca información que han dejado los autores romanos sobre
esta fiesta, quizás fuera porque lo que comenzó como algo religioso dio paso a
algo folklórico ya que según parece esta fiesta era un buen momento para la
algarabía y jolgorio.
Los romanos no tenían esta festividad como algo solar, más
bien era una festividad relacionado con las aguas, que se muestran más débiles
y sensibles por el exceso de luz solar.
Orientación de un templo celtíbero en el yacimiento de Segeda |
En la actualidad durante Noche de San Juan, vemos como el fuego
y el agua, adquieren un carácter ritual fuera del cristianismo, con lo que el
origen de esta celebración es pagano. Tampoco hay que pensar que solo es de
influencia romana, los pueblos nativos de la Península ya tenían constancia del
Solsticio de Verano y estaba incluido en sus calendarios religiosos. Evidencias
de esto, lo podemos encontrar en numerosos templos cuya estructura coincide con
la posición del Solsticio y del Equinoccio.
Por las características de esta festividad, aunque no hay
evidencias que lo demuestren, no es disparatado pensar, que la Fors Foruna también
tuviera lugar en Fortuna. Ya no solo por la relación con la diosa, también por
la importancia que tuvieron las aguas en el pasado Ibero-Romano de la
localidad.
En definitiva la fiesta romana de Fors Fortuna, tenía como
objetivo aclamar a la lluvia y a las aguas purificantes y fertilizantes para estimular las fuerzas desfallecidas
de las aguas por la crisis estival, con el fin de compensar los efectos del
intenso sol del día. Esta fiesta no se encuentra aislada, se encuentra integrada
en una serie de festividades en honor al poder de las aguas frente al calor del
sol para conseguir un equilibrio natural.
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